jueves, 20 de octubre de 2016

El psicoanálisis, un acierto

Gran parte de mi vida, 20 años para ser exactos, estuve viviendo en Latinoamérica, en Colombia. Estudié la carrera de psicología en Bogotá, en un pueblito que se llama Chía, en la Universidad de la Sabana (me encantaba esta Universidad, no solo por sus instalaciones sino por su plan de estudios) Y recuerdo una tarde que estaba sentada en el césped, con el cielo casi encapotado, preparando la tormenta diaria que solía tintar ligeramente de nostalgia el ambiente. Tenía en mis manos unas fotocopias por sugerencia de un profesor (¡gracias!) leía por primera vez un texto de Sigmund Freud. Hablaba algo sobre el objeto, la libido, la cosa… yo no entendía mucho la verdad, desde la Psicologia era imposible leer Psicoanálisis, pero algo me dijo esa escritura que me pareció esencial, precisa y esclarecedora para mi vida y para mi profesión. Fue un gran momento que repito todos los días, cada vez que leo a Freud, y jamás deja de sorprenderme como entonces, si cabe ahora aún más, aunque haya leído un texto múltiples veces… en la actualidad asisto desde hace 15 años a un Seminario de Sigmund Freud en que leemos su obra, fue un acierto entonces, es un acierto ahora.

martes, 18 de octubre de 2016

Esto nos pasa igual o más con nuestras cuestiones psíquicas:

Ayer tuve clase de tonificación, durante la clase, justo en la flexión 50 de mi pierna, cuando el isquiotibial semitendinoso o similar… me torturaba con un dolor agudo intenso, INTENSO, me acordé, justo ahí, de estos anuncios: “Adelgaza 10 kilos en una semana comiendo lo que quieras. Capsulas- Pack pérdida de peso”, “Olvídate de la flacidez en dos semanas- Crema reafirmante 4 pasos”, “Vitaminas Vientre Plano”… mi idilio se esfumó cuando ya estaba intentando subir la pierna con la contracción de los músculos de la cara… y por supuesto el grito de la profesora: “¡¡Susana arriba la pierna!!”, pero mi inocente músculo ya no daba más. Luego, resignada, seguí con la otra pierna, pero me quedé pensando que esto también se lo pedimos a la terapia psicológica, llevamos 15 años postrados en un sillón, con las “chichillas” blanditas y tiernas, y cuando por fin y afortunadamente nos ponemos a hacer ejercicio y organizamos nuestras comidas, queremos que los resultados sean rápidos y sobre todo: dudaderos… Paciente: no puedo salir de casa, tengo miedo de hacerle daño a mis hijos, no puedo mover la mano y soy pianista, vengo a ver si me dice usted algo y se me pasa… Psicoanalista: ¿hoy y ya está? Paciente: Uf, si, hoy, es que estoy muy ocupado, no sé si voy a poder… Paciente, una vez fuera de la consulta: estas terapias de pacotilla, no sirven para nada…
Hoy tengo clase de spinning.

Energía positiva: La capacidad para realizar un trabajo

Leyendo un artículo de desarrollo personal me hizo pensar que nos venden la utilidad de establecer pensamientos positivos, en vez de vivir en lo negativo, y eso está muy bien, pero con esta diferenciación se establece una dicotomía que me lleva como a una moral, bueno-malo, blanco-negro, feliz-triste… dicotomías que no aprecian la complejidad del psiquismo humano y sus articulaciones, que no escudriñan en sus tripas e ignoran su funcionamiento. Yo he tratado personas que dicen ser felices, que van riéndose a carcajadas, dando saltos, gritando su felicidad por doquier y en la intimidad del diván, siguiendo con la sonrisa petrificada en sus rostros, ver desde el psicoanálisis una profunda tristeza, un sensación de soledad y aislamiento enquistado en sus músculos. La parálisis es manifiesta. En el ámbito de la física la energía positiva es la capacidad para realizar un trabajo, capacidad que no será demostrada hasta que realicemos el trabajo, por lo tanto lo positivo, a efectos prácticos, yo diría que es una acción, no un pensamiento. El eje es cómo lo pensamos y esto tiene los límites de nuestra ideología, la cual hay que cultivar. Por esto el estudio del psicoanálisis, por esto leer poesía, por esto dejarte llevar por una novela, por esto dejarte atravesar por el buen cine. Me gusta la definición desde la Física.

Haz el amor y no la guerra

Hoy es domingo: en vez de discutir, haz el amor. Las peleas en las parejas en muchas ocasiones solo revelan tensión sexual reprimida (enmascarada con múltiples problemas diarios: familia, hijos, actividades, labores caseras...) Y cuando terminen de hacer el amor, sobre todo para ellas, toleren el goce del encuentro y si no es así, tenéis que saber chicos que la mayoría de las veces en que una mujer se enfada con vosotros o se pone de mal humor después de hacer el amor, fue porque la hicieron gozar. Para esto lo mejor, demostrarles amor, ejemplos: cocinamos juntos, te hago un masaje, te invito a ver la peli que tanto te apetece, te digo te quiero (una sola vez, a los que se pasan el día diciéndolo no hay quién les crea) leemos juntos, etc., se les pasa el enfado (esto se aplica también a las parejas homosexuales, donde más allá del género siempre uno hace de mujer y otro de hombre)

¿El amor como terapia?

Para todos y todas que alguna vez pensamos que el amor nos curaría, que arreglaría todos nuestros problemas (encontrar un apareja, tener un hijo, un matrimonio, el amor de una madre, un padre, un hermano, una amiga, Dios, enamorarse, etc.), una mala y una buena noticia: el amor brinda una satisfacción sustitutiva, un apartamiento de la neurosis, de la enfermedad, pero es temporal, no tardará en volver a acecharles las obsesiones, los rituales, las ideas recurrentes, la parálisis, la impotencia... Hay que hacer un trabajo mucho más arduo para cambiar estas cosas, pero obviamos rápidamente el tiempo y el trabajo psíquico que nos llevó a ese padecimiento y nos tragamos fácilmente la venta de curas rápidas y milagrosas, asentados como estamos en la cultura del poco trabajo y del confort. Y si bien es cierto que el amor, o tratamientos rápidos pueden hacer desaparecer los síntomas, como el psicoanálisis también puede hacer, vayan con cuidado, porque los "entresijos" inconscientes no sufrieron modificación alguna y en su ímpetu de expresión pronto acecharán de nuevo los síntomas, aunque se hayan revestido de otro disfraz. Así que mis amores, algo más de tiempo y trabajo psicoanalítico va a llevar. (Por cierto, iba a cambiar un error en la escritura que tuve al principio del texto, puse "un apareja", pero como los errores siempre son acertados en algo inconsciente, lo dejo... "apareja", "aparejador", "construcción de edificios"... demasiado para un amor…

Vértigo- El amor para la mujer

Ayer estuve viendo la película Vértigo, de Alfred Hitchcock y entre otras cosas me encantó cómo muestra, intencionada o no intencionadamente, el destino trágico de una relación y de una mujer, la cual, pudiendo elegir, renuncia a todo por una pizca de amor: su trabajo, su deseo, sus amistades, su esencia, sus estudios, su vida. Estoy segura de que no tenemos que ir muy lejos para encontrar estos casos.

Amor cortés y Enamoramiento

Algunos galanes solo desean vivir un amor platónico, incorpóreo. Su objeto de pasión debe de carecer de realidad carnal, condición para su enamoramiento, tal Dante, locamente enamorado de Beatriz, con la que jamás habló. Beatriz sublime, desconocida e inaccesible, presa de un ideal imposible de alcanzar para la mujer “carnal"

La "Media Naranja"

Según Platón, habría existido un ser completo, esférico, que poseía los dos sexos. Este ser habría sufrido una escisión, y desde aquel momento, una mitad busca afanosamente a la otra. De aquí se desprende la idea de la "media naranja", idea formulada alrededor del 387 a.C... muchos, siguen buscando…