jueves, 26 de marzo de 2015

Conferencia Masoquismo

SUICIDIO ASISTIDO - EN DEFENSA PROPIA



Y HOY, para concluir la conmemoración a los 40 años de Miguel Oscar Menassa Chamli en España, veremos el cortometraje SUICIDIO ASISTIDO y la película EN DEFENSA PROPIA. 

A las 20.00 hrs. en Pequeño Cine Estudio. Calle Magallanes, 1. Madrid. 

Os esperamos.




miércoles, 25 de marzo de 2015

MI UNICA FAMILIA

MI UNICA FAMILIA, segunda película de la trilogía dirigida por Miguel Oscar Menassa Chamli sobre la infidelidad. Se proyecta hoy en Pequeño Cine Estudio, Calle Magallanes, 1. Madrid. A las 20.00 hrs. 



martes, 24 de marzo de 2015

Reportaje Miguel Oscar Menassa pintor

Hoy a las 20.00 hrs se proyectará en Pequeño Cine Estudio un reportaje sobre la pintura deMiguel Oscar Menassa Chamli. Hablará el pintor, el poeta, el psicoanalista. Todas las claves de la creación al descubierto.
Calle Magallanes, 1. Madrid.


lunes, 16 de marzo de 2015

Demencia ¿senil? (1)

DEMENCIA ¿SENIL? (I)

La demencia senil es una enfermedad que da la sensación como si estuviera proliferando en estos tiempos, por un lado porque nos enteramos más a través de los medios de comunicación y por otro lado, aunque no sea desencadenante mas sí un factor determinante, por el abandono acuciante de las instancias familiares y gubernamentales de nuestros mayores. 

La denominada demencia senil es una enfermedad que según las estadísticas se da sobre todo en mayores de 65 años, aunque se puede presentar también en otras edades, comenzando a cuestionar su denominación. Se caracteriza por una pérdida general de importantes capacidades psíquicas del sujeto, un conjunto de síntomas, como pérdida de memoria, problemas con el lenguaje, confusión mental, deterioro intelectual, alucinaciones y/o delirios en los casos más extremos, que afectan considerablemente las actividades diarias del individuo así como sus relaciones, bien con la familia, ya que se vuelven completamente dependientes de los cuidadores que suelen ser los familiares, una dependencia que recuerda a la indefensión total del bebe humano; y/o bien se ven afectadas, si no es que ya estaban afectadas, las relaciones de amistad o incluso las relaciones laborales, si la persona continúa trabajando. 

Los procedimientos de la medicina, la psicología, la psiquiatría, nos hacen pensar que optan aún por entender esta patología y su tratamiento con teorías de antes del 1900, es decir, antes del psicoanálisis: piensan la demencia senil como un producto del envejecimiento "normal" del cerebro y sus funciones, como si el envejecimiento tuviera que ver solo y exclusivamente con el cuerpo. Un envejecimiento que a su vez consideran que comporta irremediablemente un deterioro y un declive generalizado psíquico e intelectual. Para estas disciplinas, considerado desde la múltiple determinación, el tiempo cronológico es la razón del deterioro neuronal que conlleva las pérdidas de memoria, o la falta de nutrición sanguínea del cerebro la causa de la confusión mental; o piensan que esa vida difícil que cuentan los familiares que tuvo el sujeto afectado nos hubiera enfermado a cualquiera, o incluso lo ocurrido hace 70 años cuando era pequeño, o la discusión de la semana pasada, o la situación económica, pudieran ser las causas de los síntomas. Es con esta ideología que la posición en que se debaten los médicos es entre hacer responsable al enfermo de sus padecimientos, culpabilizándolo y sometiéndole al rechazo, o hacerlo irresponsable, con lo que se le cuida a tal extremo patológico que lo único que se consigue es un empeoramiento de sus síntomas. La consecuencia en ambos casos es el aislamiento del paciente, en los dos casos se quedan solos, nadie conversa con ellos, nadie les escucha. 

Desde el psicoanálisis pensar lo psíquico y lo físico a partir de la introducción del concepto de sobredeterminación inconsciente nos saca de la polaridad y nos introduce en un mundo donde todo se construye para el sujeto, un mundo en el que está implicado, aunque la mayor parte de esta implicación escape a su conciencia por un saber no sabido que produce efectos sobre su cuerpo, sobre su vida, sobre su decisiones, sobre sus recuerdos y olvidos, sobre sus sueños, sobre sus síntomas. Sin embargo, la tendencia es a rechazar todo lo referente a lo psíquico a pesar de su magna importancia, entre otras cosas, porque las enfermedades psíquicas están peor consideradas socialmente que las orgánicas, entre otras, porque reconocer esa implicación nos supondría una transformación por las posibilidades que se establecerían. Si no es desde lo afectivo no nos tendría que resultar ofensivo aceptar que lo psíquico, y más específicamente lo sexual en toda su dimensión psicoanalítica, también hace nuestro cuerpo, también hace nuestras relaciones sociales, también nuestra vejez. 

Cierto es que aceptar lo inconsciente como centro de la vida anímica y su sobredeterminación requiere un trabajo, fundamentalmente de psicoanálisis, para cada uno; y cierto es que vamos cumpliendo años, por fortuna, porque eso quiere decir que estamos vivos, y si la suerte y el deseo también nos acompañan llegaremos a la vejez y nos saldrá una arruguita aquí o alguna acá, posiblemente no estaremos tan ágiles como cuando teníamos veinte años y nos tendremos que cuidar algo más, o tendremos que hacer las cosas diferente para poder hacerlas. La posibilidad radicaría en que sea como fuere para el ser humano hay algo que nos diferencia más allá de la arruga, algo precisamente que no se arruga, que no envejece aunque sabe o precisamente porque sabe vivir su edad. El alma, la mirada, no envejece. Un alma, no la de la religión, sino la del deseo, lo propiamente humano.

Susana Lorente Gómez
Psicóloga - Psicoanalista

http://www.extensionuniversitaria.com/num148/p3.htm