martes, 20 de abril de 2010

EL SEXO DEL AMOR



Comentario del libro “EL SEXO DEL AMOR”

de Miguel Oscar Menassa

(Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)

“Ella vive en mis versos, por eso no se descompone”

El erotismo instala la temporalidad en el cuerpo que se construye en cada frase, donde no existe el órgano o parte corporal como tal sino palabras, frases que traspasan las células hasta el núcleo del significante.

“El Sexo del Amor” tiene que ver con esa construcción del cuerpo por la palabra, habla de lo que les pasa en el mundo sobredeterminado por la transitoriedad y lo perecedero a unos personajes que lidian con la incertidumbre del no saber y sin embargo trabajan, conversan y aman. Todos los actores, vivos en la lectura y con su propia individualidad, son parte de un mismo psiquismo universal donde la función se ejerce y no se posee.

Y es que el escenario de la vida de una persona se llena de belleza cuando los mejores pactos sometidos a un proyecto, a una idea y a un amor, son la libertad. Carlos Marx escribió: “La riqueza de un hombre es la riqueza de sus relaciones sociales”, y este libro es testimonio novelesco de este hecho, donde la erotomanía, tal como califica esta obra el escritor y poeta Juan Jacobo Bajarlía, amplía la sexualidad de denominación común al esplendor del amor no único, sino múltiple, ligado a la escritura, la lectura, el lenguaje, a las relaciones sociales, a la proyección de posibilidades al mundo a través de una alegoría de la sublimación en el arte, en la novela, lo que quiere decir: “cabalgando el sexo del amor”.

El hilo conductor de esta obra entraña múltiples ramificaciones culturales que pueden rozar el intelecto, la emoción y la fantasía de cualquier ciudadano del mundo, desde el esplendor de los países árabes hasta la riqueza natural de la pampa Argentina, la apertura del continente Americano, el perfil milenario de Europa, lo exótico de las indias. Todo abierto, descubierto en su extensión hacia el cuerpo de mujeres liberadas de sí mismas que habitan al poeta, como una verdad fundamental que nos hace si cabe, más humanos. La concepción de una mujer que escribe, que construye otros mundos diferentes y semejantes al suyo, que aprende viendo gozar a otra mujer. Una mujer deseada que facilita su propia estima y una mujer deseante que cualquiera puede llegar a dejar nacer, pasa del padecimiento del tener o no tener a una aceptación constructiva de la diferencia.

En “El Sexo del Amor”, en el encuentro con la verdad del Psicoanálisis, la vida discurre como una conversación desde la poesía entre el autoerotismo, el amor y la muerte, no hay más narcisismo que el que contribuye a cuidarnos, no hay más enamoramiento que el que nos permite trabajar con los otros, acompañados y en grupo, la única manera de hacer frente al futuro, la única manera en que un sujeto se produce. Una conversación en transferencia donde nada es lo que parece en la metonimia del cuerpo, que no padece sino que goza, que elige el Psicoanálisis frente al aburrimiento, al exilio, a la muerte, a la locura, a la enfermedad. Un libro para leer poéticamente hacia “Esas noches donde el amor arranca, de dos amantes muertos, durmiendo en la misma cama, los sonidos del tiempo”.