sábado, 2 de octubre de 2010

"JUVENTUD, SEXUALIDAD Y POESÍA". CONFERENCIA COLOQUIO DEL CANDIDATO AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA, MIGUEL OSCAR MENASSA, EN EL ATENEO DE MADRID.




Miguel Oscar Menassa
Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010

Presenta su conferencia-coloquio

“Juventud, sexualidad y poesía”
que se celebrará con motivo de la XVII Asamblea General Extraordinaria del CJCM (Consejo de la Juventud, Comunidad de Madrid).

Sábado 2 de octubre de 2010, 18:00 horas
Sala Úbeda del Ateneo de Madrid, c/ Prado, 21

El Fenómeno de la Transferencia en la Neurosis


EL FENÓMENO DE LA TRANSFERENCIA EN LA NEUROSIS
Ponencia presentada por Susana Lorente en el XVI Congreso Internacional Grupo Cero sobre Clínica Psicoanalítica y publicada en monografias.com.
Acercarse al concepto de transferencia como eje central en la práctica del Psicoanálisis, implica para el interesado, además de estudiar la compleja articulación de la Teoría Psicoanalítica, un cambio en la manera de apreciar, concebir y trabajar en la ciencia, en las problemáticas humanas, así como en la enfermedad y la salud psíquica, lo que supone fundamentalmente una transformación, la cual incluye la propia vida del sujeto en formación.  Entraña partir de un conocimiento nuevo acerca del tiempo y la verdad, ya que en psicoanálisis el tiempo ya no transcurre de la manera como solemos creer, ya no es secuencia lógica, ni cronológica, y la verdad, deja de preexistir para producirse en el discurso del sujeto como manifestación de lo no decible por inconsciente, con la equivocación, el lapsus, el acto fallido y el síntoma.
De esta manera, Freud se refiere a la transferencia como un fenómeno constituido por el hecho de que no existe traducción directa posible por el sujeto para un cierto deseo sexual reprimido.  Al no existir esta traducción directa, el afecto ligado a una representación prohibida e inconsciente tratará de manifestarse desplazándose bajo los efectos del trabajo de la censura a una representación permitida, no censurable y preferiblemente indiferente o reciente, elegida precisamente por no poseer amplias conexiones aún, y a la que transfiere su intensidad, además de ocultarse detrás de ella.  Todo este trabajo de deformación y desplazamiento, que responde al modo de funcionar del aparato psíquico, sugiere que la conciencia nada quiere saber de lo reprimido inconsciente imponiendo una resistencia a su evocación. 
Para Freud el eje de la cura fue permitir la manifestación de las resistencias que se imponían a la labor del análisis, venciéndolas para acceder a los recuerdos olvidados que facilitaran el hacer consciente lo inconsciente en el paciente.
Sin embargo, en el texto “Recuerdo, repetición y elaboración” de 1914, más adelante seguido de otros textos como “Construcciones en Psicoanálisis” de 1937, Freud dará cuenta de otro concepto fundamental que ayudará a hacer más compleja la teoría: la recurrencia.  A este respecto explicó que existen indicios de la repetición de los afectos que pertenecen al material reprimido y cuya acción es repetida por imposición obsesiva.  Es el deseo inconsciente que se repite y puja por manifestarse en la conciencia, se representa a través de la negación y se expresa por medio de la transferencia como las dos únicas maneras de que el ser se ponga en contacto con el mundo, sin que el sujeto se dé cuenta de nada. 
Esta obsesión de repetición, está adscrita al retorno de lo reprimido y a la insistencia del inconsciente, e independientemente de su carácter displaciente, siempre implica un goce para el sujeto que va más allá del principio del placer, que tiene que ver con el límite del hombre como ser mortal. Se repite, se transmite un deseo y se manifiesta una verdad, la de un deseo sexual infantil y reprimido.
El pilar de este deseo es la palabra en transferencia, y por medio de ella, los actos en análisis tienen un sentido.  Actos, definidos como los efectos de la realidad psíquica inconsciente y actual puesta en juego en la relación de diálogo entre el analista y el paciente.  El sujeto siempre dice más de lo que quiere decir, bien sea en un discurso aparentemente lógico o bien desordenado, o en manifestaciones del inconsciente tales como la equivocación, el lapsus, el acto fallido o el síntoma.   Son formaciones del inconsciente que implican un nódulo de verdad en el cual se apoyan y que permiten triunfar al acto al manifestarse en la conciencia.  La palabra siempre trata de una presentación, siempre un espejismo, un intento de representar lo no representable, es decir, lo inconsciente.  Nos plantea una verdad y una realidad más allá de la material, que solo se puede semidecir y que se produce con el requisito de que haya alguien que crea en ella.
De esta forma, lo que puede ser imposible en lo real, puede ser posible en el psiquismo, y una cosa que no haya pasado puede pasar, así como una cosa que haya pasado puede no haber pasado.  Esto es debido a que las combinaciones de palabras en el discurso del paciente están sobredeterminadas por su deseo inconsciente, sin embargo, en la escucha de la palabra en transferencia del analista junto a su método, interpretación- construcción, se puede combinar cualquier palabra con cualquier otra.  Sería vano entonces que el psicoanalista buscara una secuencia lógica entre las palabras que el paciente es capaz de producir en su tratamiento psicoanalítico y su vida vivida, o pensar que la transferencia sobre la persona del médico, que es todo lo que se enlaza a la situación del tratamiento por parte del paciente, tuviera que ver con las características personales del psicoanalista. 
Como decíamos al principio de la ponencia, es preciso ubicarnos fuera de un tiempo cronológico.  Aquí el pasado es transformado y cargado de sentido desde un contexto actual, que no se refiere a un presente sino más bien a un futuro, un futuro determinado por las ilusiones, las esperanzas, el goce, la construcción y la muerte, un tiempo denominado por Freud como futuro anterior.  
El sujeto en transferencia encuentra de esta manera una ocasión propicia en la relación analítica para repetir, ya que no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, y más allá de reproducirlo como recuerdo, lo hace actuándolo, sin saber, desde luego, que lo hace. Vuelve el sujeto en análisis, y por lo tanto en transferencia, a posiciones libidinales que le otorgaron algún tipo de solución a un conflicto entre el yo y la realidad, donde la realidad no alcanzó a ser satisfactoria en la demanda del sujeto.  Una solución a este conflicto podría ser el refugiarse en la enfermedad, aunque también se podría optar por otra más sana, con la sublimación, opciones dependientes de circunstancias cuantitativas y de las relaciones de las fuerzas que combaten entre sí.   Sin embargo, el tema que ahora nos ocupa tiene que ver con la primera opción, cuando el paciente repite en la relación transferencial y regresa a una posición libidinal que responde a fases tempranas de la vida sexual a las que en su época no faltó satisfacción, siempre pensado desde un futuro anterior. 
Y no es que estemos diciendo que solo el paciente neurótico es susceptible de transferencia, en primer lugar porque la cualidad de transferir es del sujeto, no de la enfermedad, y en segundo lugar porque la transferencia se genera espontáneamente como factor imprescindible, necesario e inevitable en todas las relaciones humanas.  El  tratamiento psicoanalítico solo la descubre, que no es poco, considerando, como dice Freud, que es una de las tareas más difíciles para el trabajo del psicoanalista.  La descubre, como decía y la utiliza para los fines del análisis en la puesta en juego de las pulsiones reprimidas en el paciente, cuya expresión es facilitada por el encuentro con el psicoanalista.  Es un rico material para la cura el que brinda la transferencia, del cual, si se hiciera caso omiso, conllevaría la pérdida de aquellos obstáculos que hacen inaccesible el mismo y el desconocimiento de los resultados obtenidos en el análisis, ya que de éstos, solo puede saberse en transferencia. 
El analista favorece así  la demanda del paciente, lo que no quiere decir que la satisfaga, tal como nos señala Freud en el texto de “Observaciones sobre el Amor de Transferencia” de 1914.  Su objetivo es encontrar el deseo encubierto que en psicoanálisis sólo está presente bajo esta demanda.  Todos los impulsos que el paciente quiera derivar hacia la motilidad, como los síntomas, se orientan hacia la reproducción en el terreno psíquico, hacia la palabra en transferencia, la producción de nuevos síntomas queda interrumpida, pero la productividad de la enfermedad, de la neurosis, no se extingue con ello, sino que actúa en un orden especial, en una zona intermedia entre la enfermedad y la vida, en la transferencia. 
En la neurosis, el individuo retira su libido de los objetos exteriores como consecuencia de quedar vedada para él la satisfacción de necesidades sexuales en la realidad, bien sea por obstáculos exteriores o por una falta interna de adaptación.  Se fuga de la realidad a la satisfactoria fantasía, encontrando con ello una satisfacción sustitutiva más confortable y que le ha sido negada.  Carga su libido, aunque no en su totalidad, en la fantasía que le aparta del mundo exterior, y transfiere su carga a síntomas que más que ser arbitrarios, son sobredeterminados como un intento de solución a la enfermedad.  Este es un movimiento que tiene que ver más con un problema de cantidad, que de cualidad.  Cuando el sujeto con neurosis se psicoanaliza, escapa del control de la cantidad, escapa del aumento de la pulsión que estableció la enfermedad, es decir, escapa a su sobredeterminación y pasa a depender de otras consideraciones como la relación transferencial, donde los síntomas se disuelven y se transforman en otros productos psíquicos.
De esta manera, el individuo cuyas necesidades eróticas no son satisfechas por la realidad, orientará representaciones libidinosas hacia toda nueva persona que surja en el horizonte, siendo perfectamente normal que ésta se oriente hacia la persona del analista.   El paciente entonces con el objetivo de dar alimento a sus pasiones, dirige hacia el psicoanalista una serie de tiernos sentimientos mezclados frecuentemente con otros hostiles, conducta sin fundamento alguno real, que responde a una ambivalencia sentimental muy característica de las personas neuróticas, y que está derivada de los antiguos deseos devenidos inconscientes.
Si el tratamiento busca levantar la represión de los instintos inconscientes y sus productos, descubrir la libido, incluir los impulsos afectivos en la marcha del tratamiento haciéndolos asequibles a la conciencia y liberar la libido para ponerla al servicio de la realidad, surgirá un combate entre la labor analítica y las fuerzas que motivaron la regresión de la libido en la neurosis.  La razón es su intención de conservar la antigua situación, no permitir el levantamiento de las represiones por medio de las cuales ha realizado su evolución y no prescindir de sus satisfacciones sustitutivas mientras  permanezca aún inseguro si la realidad les ofrecerá o no algo mejor.  De esta forma, y como una manera de proteger la solución adoptada en la enfermedad, las fuerzas se alzan como resistencias contra la labor analítica. 
Los signos de estas resistencias, tal como puede ser una detención en las asociaciones del paciente, son formas en las cuales la transferencia, bien sea compuesta por sentimientos cariñosos, consecuencia siempre de impulsos eróticos reprimidos, o compuesta por sentimientos hostiles, se puede oponer al tratamiento psicoanalítico y constituirse en su mayor obstáculo hasta que las resistencias sean vencidas.  Pero si el psicoanalista logra detectarla, dejándola actuar libremente en un sector determinado, puede convertir el obstáculo en su más poderoso auxiliar, permitiendo la sustitución de una neurosis vulgar por una neurosis de transferencia, de la cual puede ser curado el paciente neurótico por la labor terapéutica, al hacerse asequible a la intervención del psicoanalista, cuyo objetivo no es más que favorecer la transición del paciente de la enfermedad, a la vida.




BIBLIOGRAFÍA


Freud, Sigmund. “La Interpretación de los Sueños” (1899-1900). Capítulo VII. Psicología de los Procesos Oníricos. Sección c. La Realización de Deseos.  Obras Completas. Tomo 2.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “Análisis Fragmentario de una Histeria. Caso Dora” (1901-1905). Obras Completas.  Tomo 3. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Tres Ensayos para una Teoría Sexual” (1905).  3.- La Metamorfosis de la Pubertad. (3) La Teoría de la Libido.  Obras Completas.  Tomo 4. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “Psicoanálisis. Cinco Conferencias en la Clark University” (1909-1910).  Quinta Conferencia.  Obras Completas.  Tomo 5. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “El Porvenir de la Terapia Psicoanalítica: Conferencia pronunciada en el segundo Congreso Psicoanalítico Privado, Nurenberg, marzo 30 y 31 de 1910”.  Obras Completas.  Tomo 5. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “La Dinámica de la Transferencia” (1912). Obras Completas.  Tomo 5.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “La Iniciación al Tratamiento” (1913). Obras Completas.    Tomo 5. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Recuerdo, Repetición y Elaboración” (1914). Obras Completas.  Tomo 5.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Observaciones sobre el Amor de Transferencia” (1914). Obras Completas.  Tomo 5.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Historia del Movimiento Psicoanalítico” (1914). Obras Completas.  Tomo 5.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Historia de una Neurosis Infantil: Caso del Hombre de los Lobos” (1914-1918). Obras Completas.  Tomo 6.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Introducción al Narcisismo” (1914). Obras Completas. Tomo 6.   Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Lo Inconsciente” (1915).  Sección IV. Tópica y Dinámica de la Represión; y VII. El Reconocimiento de lo Inconsciente.  Obras Completas.  Tomo 6.   Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “Lecciones Introductorias al Psicoanálisis” (1916-17). Parte III. Teoría General de las Neurosis. Lección XIX. Resistencia y Represión.  Lección XXVII. La Transferencia. Lección XXVIII. La Terapia Analítica.  Obras Completas.  Tomo 6.   Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Más allá del Principio del Placer” (1919-20). Obras Completas.   Tomo 7. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Observaciones sobre la Teoría y la Práctica de la Interpretación Onírica” (1922). Obras Completas.  Tomo 6.   Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Psicoanálisis y Teoría de la Libido” (1922). Parte A. Psicoanálisis. Parte B. Teoría de la Libido.  Obras Completas.  Tomo 6. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “El Yo y el Ello” (1923).  Sección IV. Las Dos Clases de Instintos.  Obras Completas.  Tomo 6.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “Esquema del Psicoanálisis” (1923). Obras Completas de Sigmund Freud.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Neurosis y Psicosis” (1923). Obras Completas.  Tomo 6.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Autobiografía” (1924). Obras Completas. Tomo 6. Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Psicoanálisis Escuela Freudiana.  Contenido del Psicoanálisis” (1926).  Obras Completas.  Tomo 7.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund.  “Análisis Profano (Psicoanálisis y Medicina). Conversaciones con una Persona Imparcial” (1926).  Obras Completas.  Tomo 7.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Análisis Terminable e Interminable” (1937). Obras Completas.  Tomo 9.  Editorial Biblioteca Nueva.

Freud, Sigmund. “Construcciones en Psicoanálisis” (1937). Obras Completas. Tomo 9.  Editorial Biblioteca Nueva.

Menassa, Miguel Oscar. “Tiempo Real y Tiempo Histórico” (1998).  Freud y Lacan - Hablados 1.  Editorial Grupo Cero. Colección Psicoanálisis y Medicina. 2ª Edición.

Rojas Martínez, Pilar y Menassa de Lucía, Alejandra. “La Transferencia” (2005).  Medicina Psicosomática I. Cuestiones Preliminares.  Editorial Grupo Cero. Colección: Extensión Universitaria.