viernes, 10 de abril de 2015

Duelo y Melancolía

"Si estoy en duelo pienso que no hay nada para amar, si estoy en duelo normal, pienso, después de la muerte de mi padre, no hay nada en la realidad que pueda ser amado por mí.  En la melancolía es: no puedo amar; hay una pérdida del yo: no puedo trabajar. En el duelo no es no puedo trabajar, es no hay ningún trabajo en la realidad que me llame la atención tanto como la persona amada, por lo tanto, no es que no pueda trabajar, no quiero, no me interesa trabajar; no es que esté enfermo, impotente, sino que la realidad ha perdido para mí su interés. En cambio en la melancolía, hay un autorreproche, soy indigno, fantasías de ruina, de empobrecimiento, de miseria del yo; es decir, a esto Freud le llama autorreproche, es decir, el yo se reprocha a sí mismo, sin necesidad de la policía. Evidentemente ustedes sabrán, que en la Filosofía la tristeza no está considerada una pasión del alma, no es un sentimiento opuesto a la alegría, el sentimiento opuesto a la alegría, en filosofía, es el goce, es decir que la alegría es lo opuesto al goce; la tristeza en cambio no tiene opuestos en filosofía, es un sentimiento en apariencia único, no está considerado por la filosofía como una pasión del alma. Tenemos que discriminar entonces, el duelo de la melancolía y, el duelo y la melancolía, de la tristeza"

Miguel Óscar Menassa

miércoles, 8 de abril de 2015

De todas las creencias erróneas y supersticiosas de la Humanidad, que se supone que han sido superadas, no existe ninguna cuyos residuos no se hallen hoy entre nosotros, en los estratos más bajos de los pueblos civilizados o en las capas superiores de la sociedad culta. Lo que una vez ha llegado a estar vivo se aferra tenazmente a conservar la existencia.


Sigmund Freud

martes, 7 de abril de 2015

Desde la producción de la teoría psicoanalítica con la delimitación de su objeto de conocimiento, un gran cambio ha hecho mella en las teorías psicológicas, más allá de ser aceptado o no: el centro de la vida psíquica se ha visto desplazado de la conciencia al inconsciente. A partir de esto, el inconsciente se constituye como una entidad que no sólo sobredetermina, sino que también genera la conciencia, es decir "inconsciente" ya no es "no consciente", sino un sistema diferenciado de la conciencia con leyes y características propias. El inconsciente se manifiesta como una fuerza que proviene de un lugar diferente de donde acontece el hecho, pero que tiene la capacidad de producirlo y del cual solo sabemos por sus efectos, lo que obliga a un nuevo nivel de objetividad que parte de los efectos y no de las causas. El psicoanálisis es una ciencia de efectos, no de causas y su principal efecto es el habla, la cual tiene que ver con lo sexual, que ha diferencia de como nos enseñaron en algún colegio o en alguna universidad, deja de tener un sentido estrictamente coital o genital para ponerse en relación con el ingreso en el lenguaje. Una ampliación del concepto con una importancia fundamental en la vida de los hombres, ya que plantea que en el ser humano lo sexual no solo tiene que ver con la procreación, sino con el trabajo, con el amor, con la escritura, con el estudio, con las mujeres, con los hombres, con las conversaciones, es decir, con todo lo que es tocado por la palabra y en el ser humano, así se guarde silencio, todo está tocado y trastocado por la palabra. 
Yo tuve la fortuna de que alguien me habló de Freud en el colegio y cuando estudié psicología tuvieron la apertura, cosa que no tienen todas las universidades, de tener la clase de psicoanálisis como obligatoria. Por fortuna di también con un profesor que en vez de hacernos leer a todos los que hablaban bien, mal o regular de Freud, nos puso a leer directamente al autor, y aunque no entendía casi nada por entonces, algo debí comprender de esas lecturas, algo me debió transmitir aquel profesor y sin lugar a dudas, algo de deseo también tuve que tener yo para continuar estudiando psicoanálisis con este entusiasmo. El psicoanálisis, si uno lo permite, te cambia la vida. 

Cuadro: El Aquelarre (Francisco de Goya)

jueves, 2 de abril de 2015

Cultura y Psicoanálisis

La civilización y la cultura existen gracias a la coerción y la renuncia de ciertas tendencias humanas orientadas a la destrucción. El propio hombre puede ser el principal adversario de sí mismo, cuestiones psíquicas que se ponen en juego más allá de lo meramente material o económico, más allá de un dominio sobre la naturaleza, la ciencia y la técnica. Mantener la civilización, la cultura, las instituciones familiares, la pareja, al sujeto en relación con el mundo, implica tener una cierta cuota de amor puesta en el trabajo, la denominada salud mental que no es ningún estado idílico de existencia, sino la posibilidad de transformación y sustitución venciendo a la muerte.

Cuadro: La noche estrellada. Vincent Van Gogh