domingo, 25 de octubre de 2015

VARIAS CIVILIZACIONES SE ENTRECRUZAN EN LA CIUDAD

Un sendero traza la huella de intrépidos viandantes, 

dejaron su rastro en el aire, sobre los besos vagabundos.
Artistas del vértigo que rompen las horas, 
el hombre se despierta sobre su lecho arenoso, 
cerrado a la noche como un pájaro dormido por la tempestad. 
Se levanta y cree que despierta, 
se levanta y cree que anda, 
todo cree pero nada cree, 
no se debe a nadie y se debe a todo, 
parque solitario donde discurren mortecinos sus sueños.
Una gota se resiste a caer, 
las hojas tiemblan por el eco de amores vespertinos, 
y una flor cede a la crueldad del tiempo atándose a la libertad.
Y nada cae en virtud de su sexo, 
nada muere en su mirada arrebatada por un goce.
Hoy el tiempo se desvanece en otro tiempo y en ella misma,
y su voz aterciopelada por la renuncia tropieza 
sin querer, con el mismo futuro que vuelve y vuelve,
civilizado y salvaje, tierno y brutal, 
en su propio corazón citadino roto por las horas.

Susana Lorente


No hay comentarios:

Publicar un comentario